INPC dicta taller sobre Mesa de los Difuntos

Santa Elena, 23 de septiembre de 2019.-  En el Salón de Sesiones del Gobierno Autónomo Descentralizado Parroquial de José Luis Tamayo (Muey) el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural dictó un taller sobre la elaboración del expediente de la Mesa de Difuntos, para su postulación a la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador.

El objetivo de este taller fue identificar la importancia simbólica y social de esta manifestación, además de conocer sus formas y niveles de transmisión de los conocimientos. Aquí participaron portadores de saberes, gestores culturales, representantes del GAD Municipal de Salinas y la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

El día de difuntos es parte de los feriados más importantes que se registran en el calendario nacional. Las manifestaciones alrededor de esta conmemoración de los muertos dan cuenta de la diversidad sociocultural del Ecuador, que se puede apreciar a través de ritos, comida, música, tradiciones, etc. En el caso de Santa Elena se celebra con la denominada “Mesa de los Muertos”.

Esta tradición se mantiene aún como parte de las manifestaciones culinarias mortuorias relacionadas con un rito de posible origen prehispánico. Según Karen Stothert: «Los habitantes de esta provincia han rendido culto a sus muertos desde la época de la cultura las Vegas, es decir, desde hace 8000 años».

Stothert también indica que según los santaelenenses creen que esta tradición ayuda a mantener el flujo de comunicación con los muertos; eso implica darles de comer para recibir luego lluvia, fertilidad y bienestar.

Poner la Mesa de los Difuntos consiste en colocar una serie de platos preparados caseramente sobre la mesa previamente cubierta con un mantel blanco. Estos alimentos deben ser los favoritos de los muertos. En el caso particular de los niños y niñas que han fallecido, además de colocar sus platos favoritos, se exponen también en un rincón de la casa sus juguetes preferidos.

Una vez dispuestos los alimentos se dejan entre abiertas las puertas y ventanas de las casas para que las almas de los seres queridos los visiten por la noche y puedan “alimentarse”.

Entre los platos tradicionales que se preparan para la mesa de muertos en Santa Elena están: camote asado, huevos cocinados, suero de arroz, natilla de maíz, conserva de papaya, chicha de maíz, tambores de yuca, chiricanos, gallinas o bollos de maduro, pan de muerto, etc.

Casi todos los platos son elaborados por las mujeres de la familia y cada uno de ellos se combina entre lo dulce y lo salado. Los ingredientes que dominan su preparación son el maíz, la yuca, el plátano, el pescado y la panela, obtenidos en su mayoría de las chacras familiares.

También se preparan “golosinas” caseras como pan de canela, chocolate caliente o caramelos para entregar a los niños que suelen golpear la puerta de los hogares el 1 de noviembre coreando lo siguiente: "ángeles somos, del cielo venimos y pan pedimos".

 Comunicación Social INPC.


 

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