La gestión transformadora del quehacer público frente al tema del patrimonio cultural, solo es posible cuando se incorporara una visión incluyente, plural y participativa en la construcción y fortalecimiento de las identidades locales y nacionales y en el sentido de pertenencia de la ciudadanía frente a sus patrimonios. 

Este ha sido el enfoque con el cual he trabajado en estos tres años y medio de mi gestión al frente del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC. Hoy, con mi convicción más firme que nunca por la defensa, protección y salvaguardia de nuestro patrimonio cultural, dejo el cargo, como Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, por decisión del Ministerio de Cultura y Patrimonio, acción ejecutada a través del Directorio de esta Institución. 

Durante este tiempo he dedicado mis esfuerzos a generar y consolidar la institucionalización de la gestión patrimonial a nivel nacional. Tenemos procesos, protocolos, normas y reglamentos que garantizan el pleno cumplimiento de nuestra misión como una entidad de investigación y control técnico. Hemos logrado, a pesar de los constantes recortes presupuestarios, contar con un personal técnico calificado, capacitado y, sobre todo, convencido de trabajar con total entrega por la preservación de nuestra memoria colectiva, y en defensa de nuestros patrimonios para el uso y disfrute de todos los ciudadanos y ciudadanas. 

Estamos orgullosos de haber conseguido importantes metas durante estos años de gestión; logros visibles y tangibles. Hemos culminado la primera fase para la creación del Sistema Nacional de Áreas arqueológicas y paleontológicas, que es un mandato de la Ley orgánica de cultura; conseguimos, al fin, contar con espacios adecuados para las reservas técnicas de arqueología destinada a la investigación, y que se encontraban en pésimas y lamentables condiciones; avanzamos en el fortalecimiento de la investigación en temas patrimoniales, contamos ya con un laboratorio dotado de equipos necesarios; consolidamos los procesos para los inventarios de bienes patrimoniales, y la formulación de normativas técnicas para el manejo de patrimonios, y su ciudadanización; hemos elaborado numerosos expedientes técnicos para sustentar las declaratorias patrimoniales nacionales, y el expediente técnico para la incorporación del pasillo a la lista representativa del patrimonio inmaterial por parte de la UNESCO, que ya fue admitida y será considerada en la reunión del 2021. 

Mi última gestión como Director Ejecutivo del INPC fue defender con firmeza la conservación de los bienes patrimoniales y de interés histórico y cultural del Sistema Ferroviario del Ecuador, desde una visión eminentemente técnica, enmarcada en la Constitución y la Ley de Cultura y patrimonio. Tengo el profundo convencimiento que, sin importar las consecuencias, mi deber, misión y obligación era, y es, defender y garantizar la conservación y preservación de los bienes patrimoniales y de interés cultural del Tren de Alfaro, símbolo de la unidad nacional. 

Estoy convencido que la salvaguardia y defensa de los patrimonios de nuestro país, debe trascender a los intereses políticos, a la coyuntura electoral y responder exclusivamente a los mas altos intereses de todos los ecuatorianos. Nuestra memoria histórica, nuestras reservas patrimoniales arqueológicas y documentales no pueden ponerse en riesgo y es obligación de todo funcionario público velar por su conservación. 

Soy un profesional que desde hace muchos años estoy vinculado al sector patrimonial y cultural, y continuaré, por lo tanto, desde el lugar en que me encuentre, trabajando por la defensa de los patrimonios de nuestro Ecuador. 

Finalmente, mi agradecimiento a todos los funcionarios y empleados del INPC, en Quito y en las diferentes zonales, por su permanente apoyo, por su dedicación y trabajo. Y gracias a los usuarios, a los ciudadanos y ciudadanas, a quienes tuve el privilegio de servir. 

Atentamente,
Joaquín Moscoso Novillo