Rituales en la cosecha de cereales: trigo y cebada en Aloguincho

Provincia de Pichincha

Acuerdo Ministerial No.DM-2018-094

F: Sr. Raúl Pérez Torres, Ministro de Cultura y Patrimonio

La cosecha o siega del trigo y cebada inicia cada año a fines del mes de julio y se prolonga hasta el mes de agosto, previo a esto la siembra tiene lugar entre los meses de enero y marzo, antes de la temporada lluviosa.

Cada año entre los meses de julio y agosto, los dueños de cada sementera de trigo necesitan cosechar, por lo tanto, como forma de enfrentar los altos costos de mano de obra que demanda la producción cerealera, piden ayuda a sus amigos, vecinos, compadres y familiares (hermanos, sobrinos, cuñados, yernos, etc.), para la continuación de sus actividades agrícolas. Es decir, invitan a todos los que puedan “hacerles el favor” en la cosecha. A cambio de esto, los beneficiados se comprometen y ofrecen a “devolver la mano” cuando las personas que colaboraron lo requieran en sus propias cosechas. Esta práctica se conoce en la comunidad como “randhimba” o “maquipura”, ambas palabras quichuas, que significan conjugar o prestarse las manos para hacer un trabajo que beneficie a varios, uniéndose entre iguales. De esta manera, esta práctica que evidencia relaciones de reciprocidad, solidaridad y redistribución, sirve para aunar esfuerzos y consolidar los lazos de consanguinidad y rituales.

La práctica del canto ritual de la cosecha del trigo es considerado, por la comunidad, como algo positivo porque se asocia con el fomento del trabajo y la optimización del tiempo, a la vez que genera un sentido de identidad fundamentado en las cosmovisiones ancestrales andinas. Por otro lado, el rito, a través de sistemas económicos populares y solidarios como el “presta manos” y el trabajo colectivo promueve la cohesión y la convivencia equitativa y empática entre todos los miembros del conglomerado social. La ética basada en la reciprocidad y el igualitarismo son legitimados grupalmente, y se reconocen como bases de un modelo de desarrollo divergente al hegemónico, ya que está encaminado al bien colectivo.