Ocultas entre la vegetación, en el corazón de los Cerros Hojas y Jaboncillo, encontramos vestigios, edificaciones y objetos que evidencian la existencia de una compleja organización jerárquica. Su investigación científica permite profundizar en el conocimiento de nuestra identidad como manabitas y ecuatorianos.

 La Cultura Manteña (500 d.C-1534 d. C.) habitó este espacio geográfico. Los manteños, conocidos por ser grandes comerciantes, utilizaban balsas para la navegación fluvial y marítima, equipadas con una vela; tenían, además, en la concha Spondylus como moneda o elemento principal para el trueque e intercambio. Los ritos más relevantes de la comunidad tenían lugar con ocasión de los solsticios, en ellos utilizaban su elemento más iconográfico: la Silla de Piedra en forma de “U”.

Las Sillas de Piedra, símbolo de las élites políticas y religiosas, fueron esculpidas en bloques únicos de piedra arenisca, zeolita, o en otras rocas de una dureza similar.

Se sostenían en una base compacta con representaciones humanas y animales. A pesar de que todas las sillas compartían la misma estructura básica, ninguna era igual a otra. Las diferencias en tamaño y rasgos específicos denotaban marcas personales del escultor y guardaban relación con la identidad del dueño.

Hasta la fecha, se ha reportado la presencia de aproximadamente 60 sillas y fragmentos ubicados en museos alrededor del mundo que fueron extraídas de los Cerros Hojas y Jaboncillo. Los complejos símbolos de la sociedad que habitó la “Ciudad de los Cerros”, estaban representados en esculturas de piedra, objetos de cerámica y en textiles. Entre estas figuras abstractas y geométricas, destaca la presencia de una “espiral cuadrada” que se suele repetir, como motivo decorativo muy recurrente, en las estelas, los sellos y en las propias sillas de piedra.

El Complejo Arqueológico

El Complejo Arqueológico Hojas-Jaboncillo abarca un área de más de 3500 hectáreas, localizada a lo largo y ancho de una cadena montañosa, con una gran biodiversidad. Cuenta, además, con varios pisos y zonas de bosque seco y subtropical. Este polígono, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, está ubicado entre los cantones Portoviejo, Montecristi y Jaramijó, de la provincia de Manabí.

El Complejo Arqueológico Hojas-Jaboncillo, es administrado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y cuenta, entre otras, con un área de restauración y reserva, la Biblioteca Catarama (cuyo nombre proviene de un antiguo poblado indígena de Manabí), el Arqueomuseo y, el Museo de Sitio, ubicado a 3.5 Km de distancia, compuesto por tres centros de interpretación.

El recorrido turístico denominado Camino del Puma, permite apreciar una valiosa colección arqueológica proveniente de investigaciones y donaciones.

En el Arqueomuseo se exhiben múltiples y singulares objetos arqueológicos, tales como copas, compoteras, conchas Spondylus, sellos o pintaderas, láminas de metal dorado, huesos tallados, fragmentos de sillas manteñas de poder, figurines de piedra, cuencos de barro, aretes de cobre, entre otros.

El paisaje de la “Ciudad de los Cerros” posee una flora y fauna diversas. Sobresalen el emblemático ceibo, el jaile, el muyuyo y el palo santo. El perro de monte de Sechura, el cabeza de mate, el venado de cola blanca, el tigrillo, y otras especies, son ricos tesoros naturales de este singular y único lugar.

Servicios a las comunidades

La Biblioteca Catarama posee una importante edición de arqueología y ciencias afines, cuenta, además, con un espacio lúdico para que los más pequeños aprendan sobre el pasado del lugar y se apropien de su historia más ancestral.

El Complejo Arqueológico Cerros Hojas-Jaboncillo busca, entre otras metas, generar una vinculación activa y directa con las comunidades. Para ello, ofrece talleres de emprendimientos con jóvenes y adultos de las comunidades aledañas, tales como la producción de aceite de palo santo, la realización de talleres de serigrafía donde se reproducen motivos de la iconografía manteña, y el ciclo-turismo con asociaciones de carácter comunitario.