CATACOCHA
A finales del periodo Pre-cerámico, numerosos grupos humanos llegaron del norte, del sur, de mares y ríos orientales a establecerse en estas tierras que constituyen la provincia de Loja y parte de las de El Oro y Zamora Chinchipe, y tomaron el nombre de ‘Nación Palta’.
Estas personas eran de mediana estatura (1,60 cm). Los primeros progenitores vinieron del callejón interandino, especialmente de las tribus de los Puruháes y los Cañaris.
Otra versión indica que los Paltas vinieron del sur (Perú), debido a cierta influencia de la civilización Tiahuanaca, procedente del Imperio de los incas.
La tercera descripción, y la más conocida, es la de las cronistas Chantall Caillavet y Anne Marie Hocquenghem, que manifiestan que los Paltas arribaron de la selva de la Amazonía, donde hace miles de años salieron de la región de los Jíbaros y de los Bracamoros. Tramontando la Cordillera Oriental de los Andes y siguiendo los ríos Mayo, Chinchipe, Valladolid, Palanda y Piscobamba, penetraron y se asentaron en los territorios que hoy se conocen como Loja.
El nombre de paltas aún es debatible y vigente, pues existen algunas versiones en cuanto a la composición y origen.
Una de las versiones indica que el nombre palta es originario del lenguaje autóctono, puesto que era considerada como una nación poderosa por su territorio, número y cultura.
Garcilaso de la Vega afirma que fue debido a la abundancia de paltas, es decir de aguacates. El Inca Huayna Cápac, por su agrado hacia esta fruta, denominó a estas tierras como ‘La Nación de los paltas’.
El nombre de Catacocha es eminentemente indígena. Según la tradición, en el centro de la ciudad existía antiguamente una gran laguna. Se dice que una pareja de indígenas, al pasar por estos lugares, se sorprendió por la laguna. La mujer resbaló y, creyendo que estaba junto a un dios, pronunció tayta-cocha (padre lago).
Con la venida de los españoles se dio por llamarle Catacocha, y más tarde Villa de San Pedro de Catacocha.
Catacocha, cabecera cantonal de Paltas (Loja), es declarado Patrimonio Cultural del Ecuador el 25 de mayo de 1994, como reconocimiento a su riqueza arquitectónica, su paisaje, arqueología e historia. En ese sitio se asentó uno de los pueblos preincaicos más importantes, los paltas.
Goza de valores arquitectónicos coloniales muy particulares como lo son sus balcones, panecillos, rejas, faroles, escalonamiento de sus casas. Además, los edificios individuales que destacan por sus méritos de construcción y ornamentación, o por ser representativos de un estilo de arquitectura religiosa o popular.
Sobresalen las innumerables obras de arte arquitectónico, escultórico, pictóricos de los siglos coloniales, los libros, documentos y demás objetos que reflejan el estilo de vida que, impuesto por los conquistadores españoles, llegó a mestizarse con el indígena Palta y darle a Catacocha sus actuales características culturales.
En esta particular ciudad se tomó en cuenta los objetos de uso diario. Entre estos: su indumentaria, los adornos personales, los implementos domésticos y de trabajo, sus tradiciones, los objetos que emplean en sus fiestas, los instrumentos musicales. Las leyendas, los mitos, los cuentos, las adivinanzas (Naún Briones). Su música (bandas de pueblo). Sus tradiciones religiosas (peregrinación y fiestas en honor a los santos patronos de cada comunidad.
Los juegos infantiles (trompos, la rayuela, la moña, el corre gato, la vida, la carrera de carros de madera…), la quema de castillos, la vaca loca, los globos, los cohetes, llevar en hombros el cadáver de un familiar o amigo son aspectos que sellan su identidad cultural.