Mama Danza Cañari
ACUERDO MINISTERIAL Nro. MCYP-MCYP-2021-0148-A
Ministerio de Cultura y Patrimonio
La Mama Danza es un elemento distintivo de la identidad Cañari, un símbolo que refuerza el sentido de pertenencia de la comunidad, a la vez que establece una clara diferenciación con otros grupos. Este fenómeno cultural se convierte en un motivo de orgullo para quienes lo practican, ya que refleja no solo sus tradiciones, sino también una profunda conexión con su historia y sus valores fundamentales. Se trata de una manifestación sincrética y dinámica, que fusiona elementos ancestrales andinos con influencias católicas heredadas de la época colonial. Aunque sus raíces se remontan a tiempos históricos, esta práctica cultural ha sabido adaptarse a los cambios contemporáneos, absorbiendo las transformaciones impuestas por la globalización sin perder su esencia.
La Mama Danza favorece la cohesión social al desarrollarse en un contexto comunitario que refuerza las relaciones internas entre sus miembros y con otras comunidades. El danzante cañari adquiere un valor simbólico profundo, pues esta manifestación no solo tiene un gran valor cultural, sino que también se erige como un acto de resistencia y preservación de la memoria colectiva. Los valores de herencia, identidad y memoria prevalecen sobre los aspectos monetarios, lo que convierte a la Mama Danza en un proceso cultural que trasciende su mera ejecución. Tradicionalmente asociada a las fiestas religiosas, especialmente al Corpus Christi, la Mama Danza sigue siendo una expresión viva de la identidad Cañari, reafirmando su relevancia como Patrimonio Cultural Inmaterial, que conecta a las generaciones actuales con sus ancestros.En su ejecución, la danza se presenta generalmente frente a la iglesia, donde los participantes forman dos hileras, guiadas por dos líderes. El guía de la derecha avanza hacia su derecha, mientras que el guía de la izquierda se dirige hacia su izquierda, seguidos por sus respectivos danzantes o «tropa». El movimiento se caracteriza por un paso largo con el pie derecho, seguido de un pequeño paso con el mismo pie. Luego, se repite el proceso con el pie izquierdo, manteniendo el ritmo y el compás de la música. Esta coreografía, cargada de simbolismo, refleja la sincronía y el orden, elementos esenciales de esta danza ritual.